Lo que nunca te contaron sobre cómo la tecnología mejora la relación con el cliente
Hoy en día los consumidores son mucho más exigentes, están muy informados, hiperconectados pero, al mismo tiempo, necesitan un trato individualizado y personalizado, ya que valoran enormemente su propio tiempo. En el mundo actual, vivimos en un momento de evolución tecnológica donde los especialistas en CRM son capaces de personalizar la experiencia del cliente y aumentar su nivel de satisfacción.
¿Cómo las empresas están aprovechando las nuevas tecnologías para adaptarse a sus clientes y sus nuevos hábitos de consumo?
Cuando anteriormente mencionamos CRM no nos referimos únicamente al concepto de programa para almacenar la información de los clientes, o lo que muchas empresas llaman la base de datos de clientes.
Un CRM es mucho más que eso. La correcta gestión de la relación de la empresa con los clientes es un eje fundamental de la estrategia de negocio de la mayoría de las empresas y la tecnología debe ir ligada a esta estrategia para conseguir una relación con el cliente totalmente óptima.
En la mayoría de los casos, la implantación de un CRM implica a las empresas reorganizar sus funciones alrededor del cliente, eliminar las barreras internas que impiden que la información que conocemos de nuestros clientes se comparta entre todos los departamentos de la empresa. Este es el reto más difícil que se plantea la empresa actual. El cambio, en muchas ocasiones puede ser traumático, sin embargo, es imprescindible para adaptarse a los nuevos hábitos de consumo de nuestros clientes.
La tecnología ayuda a conseguir este objetivo, eliminar los compartimentos internos de una empresa para que pueda fluir la información. Al final, las líneas que separan los departamentos y las funciones que afectan al cliente son muy delgadas, y en ocasiones artificiales y forzadas por una forma de trabajar arcaica y recalcitrante.
El CRM de Curie Platform consigue crear un sistema de información integrado que permitirá a la empresa tener una visión global del cliente: quién es, qué nos compra, donde vive, cuando fue la última vez que se puso en contacto con nosotros o qué canal de comunicación utilizó. Un aspecto fundamental de esta filosofía es el de recopilar la mayor cantidad de información posible sobre nuestro cliente.
Por otro lado, la información de un cliente nunca la obtenemos de un único origen, no solo de lo que nos compra a nosotros o de las veces que nos llama. Aquí es donde juega un papel fundamental la tecnología, que permite que un CRM esté sincronizado con múltiples fuentes de datos, como por ejemplo las redes sociales, las cuales forman parte de la estrategia digital de toda empresa, que nos darán la información que el cliente no nos cuenta.
En definitiva, esta información que nos permite conocer mejor al cliente, nos ayudará a prever acciones de fidelización, realizar venta cruzada, a hacerle llegar el mensaje adecuado, en el momento oportuno y por su canal preferido. Todo con el objetivo de dar un mejor servicio para poder para situar nuestra empresa, con nuestros productos y servicios en el lugar y en el momento adecuado y aumentar el volumen de negocio con nuestros clientes.
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